Le pedimos a cada persona que comprenda las cosas que están sucediendo en el mundo actualmente y que reconozca la necesidad de enfrentar el mal cuando toca a nuestra puerta, cuando entra en nuestras comunidades, cuando entra en nuestras leyes y país, cuando trata de consumir al mundo.
Esta es nuestra siguiente alianza con Dios. Como “Hijos de Dios” no podemos permanecer callados, complacientes o temerosos. Por el contrario, levantamos nuestras voces, unidos bajo Dios, para declarar que lo que está mal, está mal, y nunca estará bien; pues Dios existe y nos ama. No debemos olvidar jamás que ‘para que el mal exista, todo lo que se necesita es que los hombres buenos no hagan nada’ (Edmund Burke).
Es por ello que la Misión promueve distintos programas para que las personas puedan involucrarse activamente en esta guerra del bien contra el mal en el mundo:
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