Queridos hermanos y hermanas en Cristo,Ha llegado nuevamente la Cuaresma y recordamos con gran cariño la exhortación que nos hacía nuestro querido fundador:“En esta época de Cuaresma, reflexionemos sobre estos tiempos y la condición del mundo. Si queremos que las cosas cambien, debemos empezar por ti y por mí. Si la persona que puede cambiar, Tú, se rehúsa a hacerlo…entonces ¿cómo podemos esperar que el mundo cambie o mejore? Tú debes ser quien produzca ese cambio poniendo a Dios en el centro de tu vida diaria; cada día, todos los días.”En verdad no hay mejor momento para pedirle a Dios la gracia de la “conversión” que en este tiempo de Cuaresma. Sabiendo que no es una obra meramente humana sino más bien del Espíritu Santo (CEC 1989), como dice la Palabra: ‘Haznos volver a ti, Yahvé, y volveremos’ (Lm 5,21). Es el movimiento de un corazón contrito, atraído y movido por la gracia a responder al misericordioso amor de Dios, que nos amó primero (CEC 1428).De modo que lo importante en este tiempo no son tanto las obras exteriores, sino la conversión del corazón, la penitencia interior, que implica una aversión al pecado y el deseo firme de cambiar de vida con confianza en la misericordia divina y ayuda de Su gracia; pues es Dios quien nos da la fuerza de comenzar de nuevo. Que Nuestra Madre Santísima de Guadalupe nos ayude durante esta Cuaresma y en Semana Santa, a comprender qué es lo que necesitamos hacer para poder decir de todo corazón: ‘Señor, yo soy tu siervo(a), hágase en mí según Tu Palabra’Los invitamos a UNIRSE a Jesús en Su Pasión de la mano de JRM mediante las meditaciones que Nuestro Señor le dio en vida. ¡Dios los bendiga!Misión Por el Amor de Dios en Todo el Mundo
Deja un comentario